En Puerto
Rico celebramos la tradicional fiesta de los tres Reyes Magos, pero no todas
las historias de aquella época tan hermosa y esperada por todos es igual a la
de Entre risas y gemir, hoy te quiero relatar sobre una familia pobre, humilde,
alegre y divertida.
Ellos por
sus escasos recursos al caer la noche se alumbraban con velas y compartían un
tiempo en familia hermoso, pero a diferencia de otras familias, ésta era muy campechana
ya que la misma tenía unos nueve hijos, que como bien decimos los boricuas eran
la changa…
Estos
hermanos creían fielmente en la existencia de los Reyes, pero su imaginación iba
más allá de la realidad y juntos elaboraron un plan.
Como de
costumbre la víspera de Reyes cada uno preparó su caja con yerba y agua para
los camellos, se acostaron tempranito con un ojo abierto y el otro cerrado.
Ellos
esperaron pacientemente hasta que aparecieran los reyes, solo vieron a uno,
pero lo querían capturar y cuando lo vieron colocando los presentes, los nueve
salieron corriendo en medio de la oscuridad, sigilosamente y le brincaron encima
al pobre Rey, cuando por fin entre los nueve lo tienen capturado a pesar de su forcejeo…
se dan cuenta de que era su abuela.
Descubrieron
aquella noche que los Reyes eran solo una tradición, pero aún así la algarabía no
se hizo esperar y junto a su abuelita, la reina, festejaron la emoción de abrir
sus presentes.
Una historia
de la vida real.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario