lunes, 23 de febrero de 2015

Una bolsita ...

Vanidad de Vanidades


Hermosa es la gracia y vana la hermosura

Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabadaProverbios 31:30


Vanidad de Vanidades

La gracia es un regalo inmerecido de Dios, que lo obsequió a sus hijos a través del sacrificio de la cruz, pero la hermosura es totalmente pasajera y relativa.

Cuando andamos en Cristo, él de alguna manera va trabajando las áreas que nos aferran a la vida y una de ellas es el orgullo, el cual a veces vive muy arraigado en nosotros y nos hace comportarnos de forma cruel y egoísta.

Tanto así, que tenemos la osadía y el atrevimiento, claro por ignorancia, de mirar a los demás por encima del hombro. Aparentamos codearnos entre las clases sociales, creyéndonos mejores que otros porque tenemos estudios, títulos, reconocimientos, posiciones, dinero y posesiones. 

Te tengo noticias, TODO lo que sube, baja y quizás tengas el privilegio de perder todo a modo de que puedas entender que más valiosa es la humildad que el orgullo.

Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, más al altivo mira de lejos. (Salmos 138:6)

Es importante, prepararse, educarse, mantenerse informado, y ser personas limpias y ordenadas. Pero, deberíamos procurar serlo por dentro y por fuera. Yo he tenido la experiencia de dialogar con personas que sus vestiduras y/o apariencia física no son las más atractivas, pero encuentras que detrás de ellos hay un caudal de experiencias, vivencias y sabiduría que te hace ver las cosas desde una perspectiva de vida más profunda.

Si tienes "TODO"  y no adquieres sabiduría que exclusivamente proviene de lo alto, todo lo demás es una gran pérdida.

Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido TODO, y lo TENGO POR BASURA, para ganar a Cristo. (Filipenses 3:8)

En realidad lo que Dios desea es que nos parezcamos más a él.

Medita en lo siguiente:

  • Dios siendo rey se despojó de su realeza, se quitó su corona y se humilló hasta la muerte.
  • Te mostró la sencillez a través del lugar que escogió para nacer, pudiendo elegir el más ostentoso de los palacios, prefirió un pesebre.
  • Él pudo presentarse ante nosotros como un hombre de gran “prestigio”, pero prefirió pasar casi desapercibido.
  • Pudo proyectar su intelecto escogiendo una de las profesiones más importantes de aquella época, pero escogió la profesión de carpintero.
  • Siendo dueño, podía tenerlo todo a sus pies, más sin embargo nos enseñó que vino a servir y no a ser servido.


Y nosotros que vivimos por la inmerecida gracia y por su gran misericordia, que podemos dar cada respiro, poseer bienes materiales, dizque por nuestro gran esfuerzo, no podemos reconocer que él es quien nos coloca en el lugar donde nacemos, es quien nos otorga la inteligencia y los talentos. Pero al final todo eso que nos permite alcanzar es para devolverlo a él con gratitud, dando por gracia lo que por gracia hemos recibido, a fin de otorgarle toda la gloria y toda la honra a él, por lo que nos permite alcanzar en este corto trayecto de la vida.

No sabemos cuánto nos durará la comodidad en la que vivimos para que entendamos que nuestra vida en un momento dado pueda convertirse como la de Job y al final poder apreciar y atesorar las cosas simples de la vida, que son las que tienen verdadero valor.

Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dió, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. (Job 1:21)

Deberíamos entonces ser más agradecidos de todas las bondades que nos permite tener y dejar de estar viviendo de las apariencias, envueltos en el glamour, corriendo detrás de las modas y las corrientes de este mundo.

La moda es toda una trampa de publicidad y de consumismo que hace a las personas vivir embrolladas para poder estar al último grito de la moda. Se nos pasa que no hay nada nuevo, todo va y viene, y se repite…

¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y NADA HAY NUEVO debajo del sol. (Eclesiastés 1:9)

Concluyo con un pensamiento que mi padre, Edmundo solía decir y jamás olvidaré.

“TODOS cargamos una bolsita llena de excremento y no la podemos dejar en casa, todo lo contrario la tenemos que llevar a todos lados. O sea que algunos en vez de ser “come mierdas”, más bien cargan con ella”.



2 Corintios 4:16:
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro HOMBRE EXTERIOR se va desgastando, el INTERIOR no obstante se renueva de día en día.

"Yo que fui una mujer llena de orgullo, altivez y soberbia. Ahora doy gracias a Dios por el privilegio de llevarme a conocer lo que es la humildad para apreciar las cosas simples de la vida".

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