Cuando vertimos un recipiente de agua, el mismo recorre
diferentes vertientes, dependiendo de la veracidad con que se disparó y a la
velocidad que se disperse en su trayecto.
Puedo ser algo natural, accidental o adrede, cualquiera que
sea tendrá consecuencias.
Repentinamente el agua correrá tan a prisa que no podrás
detenerla, porque se dispersará rápidamente cayendo en varias direcciones, unas
quedarán empozada en los diferentes huecos y allí se estancará creando a su vez
un sinnúmero de sucesos, otras simplemente se evaporarán.
Así mismo es la reputación del ser humano, cuando hablas de una persona injustamente, inventas un chisme de tal magnitud sin razón y sin fundamento… únicamente con el propósito de hacer daño. Este recorrerá rápidamente y posiblemente se evaporará en su trayectoria, pero en algunos casos caerá en un lugar profundo que se convertirá en una herida y se estancará allí
Así mismo es la reputación del ser humano, cuando hablas de una persona injustamente, inventas un chisme de tal magnitud sin razón y sin fundamento… únicamente con el propósito de hacer daño. Este recorrerá rápidamente y posiblemente se evaporará en su trayectoria, pero en algunos casos caerá en un lugar profundo que se convertirá en una herida y se estancará allí
Foto tomada en Río de Adjuntas, PR |
Si tu fuiste ese recipiente de agua y tienes la conciencia
tranquila, es fundamental que para subsistir deberás tener claro que hay
siempre alguien para tirar la reputación al piso y otros bailaran sobre ella,
pero de ti depende únicamente el valor que le des, únicamente el tiempo que decidas
mantenerla en el estanque de las emociones…podrá hacerte daño.
Pero si decides abrir un espacio para que fluya, se evapore
en el tiempo y así depositar aguas frescas y cristalinas que puedan mover el
estanque en todo tu ser y traer refrigerios que emanan de las hermosas promesas
que Dios tiene para ti.
En Dios puedes encontrar una fuente inagotable de agua viva.