El mismo día, en el mismo lugar, la misma persona…
Un sabor dulce-amargo que seca el
paladar, donde la saliva se detiene creando un nudo que se vuelve difícil de desentrañar
y torna los pensamientos de un hermoso sueño del que no quieres despertar, sorprendido
en una telaraña de musarañas que deseas zarandear y desandar en el tiempo.
Sorprendida en una telaraña |
Una confesión donde el testigo lo
fue el aroma del café y la lluvia que desplegaba como cortina los sueños de un corazón
ilusionado.
Se hace el silencio con un grito
mudo del cuestionamiento…casualidad, propósito, advertencia.
Solo el tiempo dictará un
veredicto donde se
escuchará el repicar del amor y la invaluable soledad.
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