Éste es el caso de una niña de 2 años, la cual
vivía en la pobreza, sus padres no tenían los recursos para llevarla a un médico
y era muy difícil cubrir las necesidades básicas de los hijos en aquel entonces. (año 1930)
La niña tenía un problema
intestinal y cuando evacuaba se le salía el mismo, pero a pesar de la marcada pobreza
había un problema mucho mayor en aquel “hogar” y lo era el maltrato de aquel
hombre que desconocía el significado de ser padre.
Cuando él veía aquella escena… que
para su madre era dolorosa, la veía con repudio. Vociferaba a su esposa y madre
de aquella niña indefensa las siguientes palabras grabadas en el tiempo. “Llévala a casa de sus abuelos… para que muera allá”.
Aquella mujer sometida, que no
hacía objeción a los dictámenes de aquel hombre, me atrevo a deducir por el
pavor que abrigaba, y eso mismo hizo, la llevo donde su madre, pero con una intención
muy diferente, ella desesperada lo único que quería era que de alguna manera
sanaran a su hija.
Aquella gente de antaño, tenían unos
remedios caseros que a la verdad, en su mayoría de las veces eran infalibles.
Dios en su inmensa misericordia dotaba a estas personas de sabiduría y ciencia para
encontrar respuestas a las enfermedades, que hoy en día muchos no sabríamos ni
enfrentar con tan escasos recursos.
Esa amorosa y sabia abuela,
calentó un ladrillo y sentó la niña en él, no quiero imaginar el dolor de
aquella niña, ese remedio fue como una tortura incomprensible para su edad, y
el dolor de aquella madre al verla así, pero alguien tenía que ser valiente
ante aquella situación.
Cuán marcada pudo ser esa
vivencia en aquella niña, hoy una mujer sumamente lúcida a sus 86 años para
poder recordar y relatar…de alguna manera se liberó.
La abuela con aquel remedio
casero la sanó.
Wow q incrible jamas imaginaria cosa igual.
ResponderBorrarHay historias de la vida real que son duras, pero de el dolor de los demás también podemos aprender y apreciar mas nuestras vidas. Gracias por comentar.
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