jueves, 6 de noviembre de 2014

Hierro candente


No todos tenemos muy claros los recuerdos de la infancia que marcaron nuestra vida, pero están escondidos allí en el subconsciente, sería beneficioso poder liberarlos y de alguna manera exteriorizarlos para dejarlos ir, olvidar y sanar.

Éste es el caso de una niña de 2 años, la cual vivía en la pobreza, sus padres no tenían los recursos para llevarla a un médico y era muy difícil cubrir las necesidades básicas de los hijos en aquel entonces. (año 1930)

La niña tenía un problema intestinal y cuando evacuaba se le salía el mismo, pero a pesar de la marcada pobreza había un problema mucho mayor en aquel “hogar” y lo era el maltrato de aquel hombre que desconocía el significado de ser padre.

Cuando él veía aquella escena… que para su madre era dolorosa, la veía con repudio. Vociferaba a su esposa y madre de aquella niña indefensa las siguientes palabras grabadas en el tiempo. “Llévala a casa de sus abuelos… para que muera allá”.

Aquella mujer sometida, que no hacía objeción a los dictámenes de aquel hombre, me atrevo a deducir por el pavor que abrigaba, y eso mismo hizo, la llevo donde su madre, pero con una intención muy diferente, ella desesperada lo único que quería era que de alguna manera sanaran a su hija.

Aquella gente de antaño, tenían unos remedios caseros que a la verdad, en su mayoría de las veces eran infalibles. Dios en su inmensa misericordia dotaba a estas personas de sabiduría y ciencia para encontrar respuestas a las enfermedades, que hoy en día muchos no sabríamos ni enfrentar con tan escasos recursos.

Esa amorosa y sabia abuela, calentó un ladrillo y sentó la niña en él, no quiero imaginar el dolor de aquella niña, ese remedio fue como una tortura incomprensible para su edad, y el dolor de aquella madre al verla así, pero alguien tenía que ser valiente ante aquella situación.

Cuán marcada pudo ser esa vivencia en aquella niña, hoy una mujer sumamente lúcida a sus 86 años para poder recordar y relatar…de alguna manera se liberó.

La abuela con aquel remedio casero la sanó.

Historia de la vida real.

2 comentarios:

  1. Wow q incrible jamas imaginaria cosa igual.

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  2. Hay historias de la vida real que son duras, pero de el dolor de los demás también podemos aprender y apreciar mas nuestras vidas. Gracias por comentar.

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