viernes, 31 de octubre de 2014

Muñeca de Trapo

Muñeca de trapo...
Encontrar aquella muñeca en el tiempo, que tras un pasado dormido busca recuperar la añorada inocencia.

Rebuscando en el baúl de los recuerdos, encontró un juego de tazas de café, donde se vestía de gala una pequeña mesa, para esperar a su gran amiga, con ella tenía hermosas y elocuentes pláticas de grandes sueños y fantasías.

Ella era su gran admiradora, era su confidente, de las ideas ilusas de una niña soñadora, con los atavíos de la época del romanticismo. Hermosas perlas tendían de su estilizado cuello, tacones hermosos que no le calzaban, taconeando de un lado a otro con un caminar exageradamente coqueto y un maquillaje glamoroso, pero un tanto excesivo.  El lápiz labial de rojo intenso, para resaltar unos labios perfectos, pero para nada delineados.

Se reflejaba en el espejo una mujer hermosa, aunque era una niña tierna, dulce, hermosa y soñadora. Daba vueltas y se movía como una princesa que pensaba que existía un príncipe azul.

Cada cierta temporada, llegaba de visita este “hombre” que fue ganando su confianza, con regalos, golosinas, besos, cosquillas y tiernas caricias…, para un día sigilosamente sentarla en su falda.
Le encantaba invitarla a jugar con agua, como decimos los boricuas, “le pegaba la manguera”, pero para ella, era solo un “juego”… no podía entender, que de alguna manera quería ver como la ropa mojada modelaba su silueta, para enmarañar con un sinfín de cosquillas.

Había algo que la hacía sentir incómoda, la irritaba, y la ponía muy seria. Entonces, él le dijo; “cuando te pones seria y te enfadas, te ves más hermosa”.

Por mucho tiempo, creyó aquella absurda mentira, y transformó el rostro más tierno y hermoso de la inocencia en uno tosco y triste, que la hizo guardar silencio por muchos años.

Su amiga imaginaria no pudo defender la inocencia que marcó la vida por ser la muñeca de trapo en la falda de un depredador.

jueves, 30 de octubre de 2014

Regresará…

Me detengo a comprar un cafecito negro y aquel hombre sin conocerme lo primero que me argumenta para buscar conversación es "Aquí pensando si se acabará el mundo, ya que desde pequeño escucho lo mismo". Le contesto; "Sí se acabará, pero solo Dios sabe el día y la hora". Prosigo mi camino y llego a otro lugar donde la gente tiene como tema el fin del mundo.

Decían:

“¡Na!, eso no es cierto, el mundo no se acaba”.
“El mundo se acaba cuando uno muere”.
“Si viene un asteroide gigante y nos hiende por medio, pues sí se acaba”.
“Desde que soy chiquito estoy viendo las pancartas de que, Cristo viene”.
“Eso a mí no me preocupa”.
Etc., etc., etc.

Ellos sin imaginar lo que llamó mi atención en la mañana, tuve que cambiar mi rumbo y detenerme a capturar algunas imágenes.
Cristo viene

Yo también he visto esto desde pequeña pero, al igual que ellos pensaba de la misma manera, pero hoy pude ver las cosas de manera diferente y meditar mientras ellos hablaban.

*Agradecida de la misericordia de Dios para conmigo.
*Estos hermanos en Cristo que a su manera difunden el Evangelio, mis respetos.
*Triste porque al escuchar tantos comentarios puedo comprender que hay muchas personas que aún no conocen el Evangelio de Salvación.

En algo estoy de acuerdo con ellos, Cristo no viene. Porque ya Él vino, el regresará y esa es la gran diferencia, pero si reconoces que eres pecador, te arrepientes de corazón y le pides que sea tu Señor y Salvador, NO tienes por qué preocuparte por todo lo que sucede.

Porque para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia. FILIPENSES 1:

Vivimos tiempos difíciles y es bueno hacer provisión, pero el enfoque no es ese, es pensar en los que se pierden.


¿A qué Dios nos llamó? Testifica…

martes, 28 de octubre de 2014

Anhelado varón

CAPTURADA EN: Paseo Lineal, Ponce, PR
Aquel hombre galante e imponente, de tantas mujeres del barrio, logró enamorar una más…Era su vecina y de alguna manera conquistó la ingenuidad de aquella dulce y hermosa mujer.

Tal parece que se enamoró del hombre equivocado, no sé si fue amor, ignorancia o temor… lo que la hizo vivir a su lado tanto tiempo. De aquella unión dió lugar el fruto de seis barrigas.

Vivían en la situación más precaria de aquella época, dormían en el piso y muchas fueron las noches que se acostaron sin comer…

Pero existían unos brazos que le expresaban afecto, amor, ternura y protección, los brazos de una madre totalmente abnegada, pero había momentos que el terror la hacía enmudecer. Cuántas fueron las lágrimas derramadas marcando surcos en sus mejillas, ya desgastadas por el silencio.
Aunque hubiese querido levantarse a defenderlas, quedaba inerte…

Aquel hombre, si se le puede llamar así, cada vez que nacía una “chancleta” la maldecía… él quería un varón y su petición fue concedida, luego de cinco chancletas.

Llegó el varón anhelado, que lo llenó de orgullo, pero él jamás imaginó que la vida le tenía una sorpresa…

Ante sus ojos se desvanecía aquel hijo que tanto añoró. Inexplicablemente se enfermó, poco a poco, día a día se fue secando hasta quedar en los huesos…


Expiró, y con él el silencio de la conciencia...

(basado en una historia real)

viernes, 24 de octubre de 2014

Morir o Callar


Viejo San Juan, PR


El miedo y terror a la muerte, las amenazas a los seres que amas, la posición social, la vergüenza, el repudio, y el tormento de pensar que otros tomen la justicia en sus manos.
Infinidad de razones para guardar silencio…

La época de los años 1920, la inocencia era muy diferente a la actual, en la cual muchos padres tenemos que ir rompiendo con la mentalidad de la inocencia, para enseñar a nuestros hijos a estar alertas y defenderse a muy temprana edad, para muchos algo sumamente doloroso…

Ella era una hermosa niña de apenas 12 años, ojos grandes y oscuros, cabellera larga y negra azabache, de piel blanca pero de hermosos rasgos taínos.

Llena de vida, alegre, dulce y soñadora como cualquier jovencita a esa tierna edad. Criada en un hogar extremadamente humilde, dormía en el piso y no siempre podía llevarse un bocado a la boca.
Su padre era un hombre sin escrúpulos,borrachón, machista, mujeriego de aquella época, que en cada puerto tenía un “amor”…

Él montaba a caballo y una noche la llevó de paseo, mientras cabalgaban hacia lo que sería el destino de ella, esa mente maltrecha maquinaba una horrorosa sentencia, sin sospechar que al pasar del tiempo rompería el corazón de muchos, por su vil determinación.

Pero esa noche, bajó de aquel caballo la inocencia… que sería vendida a un hombre peor que su padre, aquel hombre de negro color, la compró, ¿Qué importancia podría tener cuánto pagó por ella? Totalmente irrelevante…

¿Cuánto pudo haberse echado al bolsillo, ese padre que vendió por un alto precio de dolor y sufrimiento la inocencia de su propia hija?

Cuántos años han pasado, para poder comprender, que si todas ellas (cinco mujeres) se criaron en el mismo lugar, ella… era diferente, se volvió una mujer “alegre”, una mujer “de mundo”. De un amor a otro, hasta que consiguió ese “gran amor”, con el que decidió pasar el resto de su vida.

Difícil de entender, de digerir, se me hace un nudo en la garganta, no queriendo ni imaginar cuánto dolor, para terminar en los brazos de un hombre que era más vil, que aquel que la vendió y el que compró su inocencia.

Su último amor, era un monstruo que crecía cada vez más, dejando cantidad de víctimas a su paso, ultrajó a su propia nieta, sodomizó a su sobrino, perdieron la inocencia de diferentes maneras y sus vidas marcadas por el dolor del silencio.

Ella también murió, recuerdo que vi esa última mirada, ojos ya pequeños por el marchitar del tiempo, negros e intensos, pero con una mirada profunda, que hacían brillar ese último destello de paz.


Se hizo el silencio...y nos enmudeció.

(Una historia de la vida real)

Conóceme un poco…

Si te gusta mi blog, es bueno que conozcas un poco sobre mí.

¡Hola!

Soy Yani, nacida y criada en Puerto Rico, bajo el seno de un hogar humilde. Me encanta ser puertorriqueña, mi isla es hermosa y cuando digo que soy amante de las cosas simples de la vida, es porque he aprendido a valorar los hermosos lugares de mi terruño, todo un caudal de belleza.

Mirar el cielo me apasiona, como Dios pinta el amanecer e inigualables atardeceres, soy una mujer muy sensible, me encanta el cine, el arte, caminar, leer, fotografiar, y sobre todas las cosas mantener una relación personal con mi Señor y Salvador.

Dios me ha regalado dones y muchos talentos, pero tengo claro que no soy escritora, soy aficionada, simplemente me gusta escribir.

Mis escritos tratan sobre vivencia, historias de la vida real, algunas sobre mi, otras sobre mi entorno, y sobre personas que me cuentan sus historias y quieren permanecer en el anonimato.

Espero que disfruten la esencia de ellos y que de alguna manera puedan aportar y edificar la vida del que los lee. Siempre tienen un final feliz, porque Cristo es parte esencial y fundamental de mi inspiración.

Estoy abierta a críticas, pienso que las críticas constructivas son muy eficaces, el que se niega a ellas, se niega a expandir sus conocimientos e intelecto.


¡Simple! Y con los pies en la tierra, pero apasionada…

lunes, 20 de octubre de 2014

El revés de la vida.

Foto maternal
No podemos dar de lo que no tenemos. Somos un reflejo viviente de nuestros padres. Lamentablemente no podemos escoger, no tenemos elección, ni alternativa. Nuestra opinión, que en ese momento ni existe, no puede ser tomada en cuenta.

Dios decide, escoge y permite el día, la hora, el lugar, las circunstancias, el que te engendra y el vientre donde te entretejió.

Algunos hemos lamentado tener los padres que nos tocaron, otros desearían que nuestros padres hubiesen sido el de algún amigo, haber nacido en otro país, en otro siglo.

Algunos los hemos maldecido, les hemos deseado lo peor y hemos hablado de ellos despectivamente. No los hemos honrado, quizás por ignorancia de lo que ese comportamiento acarrea para nuestras vidas.

Sin embargo, hay otros que sus padres los ven como lo más valioso, los aman, los besan, abrazan, les encanta pasar tiempo con ellos, y si un día se van, sufren una gran pérdida que otros no podemos sentir y mucho menos entender.

Lo cierto es que somos inconformes con lo que tenemos. Comenzamos a crecer en un ambiente hostil, nos vamos llenando de resentimientos y vivimos vidas amargadas, por la sencilla razón que venimos de una familia totalmente disfuncional.

Lamentablemente cuando nos toca criar, repetimos patrones de conductas que se pueden volver generacionales, unos logran romper con ese patrón y hacerlo diferente. Regalan a sus hijos una mejor calidad de vida, y no cometen los mismos errores, luchan para darle todo lo contrario a sus amargas y dolorosas experiencias, porque de alguna manera obtuvieron las herramientas adecuadas y lograron hacer la diferencia.

Otros decidimos inconscientemente arrastrar un pasado de dolor, que crea unas raíces de amargura tan profundas que nos hacen tener un corazón lleno de resentimiento y de ira. Esto a su vez, sin querer, es como una bomba de tiempo, que cuando detona, destruye las vidas de las personas que más amamos.

El tiempo pasa y la vida te hace entender que cosechaste lo que sembraste.
Cuántos errores vividos, recuerdos dolorosos, rompiste corazones, punteaste grandes heridas, como si le cobraras a los tuyos, lo que un día te hizo ser lo que hoy no quisieras ni recordar.

Pero, aún en medio del aparente fracaso del pasado, siempre hay una nueva oportunidad. Dios te la ofrece, sin él no podrás cambiar nada, quizás intentes modificar algunos patrones de conducta, pero hay cosas que tienen que ser hechas nuevas y esas solo son en Cristo Jesús.


Lágrimas

Ponce, Puerto Rico
Un “gran” problema siempre me conduce al mismo lugar… embelesarme en el vaivén de las olas y ver caer entre mis dedos la incalculable y hermosa arena, sentir como las olas acarician mis pies, mientras miro al horizonte.

Me asombra ver cómo se confunde el majestuoso reflejo del cielo con el mar, y me doy cuenta que no puedo alcanzar a ver dónde termina, pienso en su inmensa profundidad y cuántos secretos esconde.
A través de mi vida, he repetido este ejercicio y me he percatado que no soy la única, siempre veo gente distante mirando hacia el océano, quizás también fueron a dejar algo allí…

Muchos problemas se han quedado allí, en el inmenso mar y el torrente de lágrimas fueron arrastradas por las olas, éstas llegarán a lo más profundo y pasarán a ser en el tiempo un recuerdo en el que no debo volver a naufragar.

Viendo la inmensidad del Mar Caribe, he podido aprender que mis problemas son como pequeños granos de arena que no se deben volver a contar. Extendiéndome hacia adelante y dejar todo lo que me dañe atrás.

Él me hace recordar: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra”.

Que con una sola palabra, Él tiene la autoridad para calmar cualquier tempestad y fue quien le puso límites a las olas del mar.

Entonces puedo regresar a contemplar el ancho mar para exaltar sus grandezas, darle gracias por sus maravillas y con la convicción de que él enjugará cada una de mis lágrimas.

Si gustas puedes leer:

Salmos 121
Mateo 8:23-27
Marcos 4:35-40
Lucas 8:22-25
Job 38: 8



El papel de nuestra conciencia

En la vida de un creyente:
El papel de nuestra conciencia
Dios ha dado a cada cristiano una conciencia, que es como un radar que envía señales de alerta cuando tenemos que tomar una decisión, la toma de la misma podría ser perjudicial si no consultamos primero.  Esto hace posible que se distinga entre lo moralmente bueno o malo.

Por naturaleza estamos tentados a hacer lo malo, esto es lo que llamamos nuestra concupiscencia, por tal razón debemos procurar no ser sabios en nuestra propia opinión.
Pero en la vida de un creyente, la conciencia es una herramienta del Espíritu Santo.
Él la programa con los principios de la Palabra de Dios, y la agudiza para que responda con rapidez. Aún así, el único propósito del radar es enviar una señal, lo que suceda después, dependerá de nuestro libre albedrío.

Podemos ignorar la advertencia, o detenernos para escuchar lo que nos dice. El Espíritu Santo revela la voluntad de Dios y nos recuerda sus principios, para que podamos tomar una decisión sabia.

La carta de Pablo a Timoteo habla de personas que habían rechazado la guía de Dios en sus vidas, no habían hecho caso de la alarma de su conciencia (1 Ti. 1.19). El resultado fue el naufragio de su fe.

Dependiendo de nuestra relación y madurez espiritual podríamos ser tan sensibles a este maravilloso dispositivo, que no es otra cosa que el Espíritu Santo de Dios, dejándolo obrar en nuestras vidas. Necesitamos pedir estar llenos de Él, para que se agudice en todos nuestros sentidos.

Él nos hará ver y entender antes, durante y después. Pero, si el radar detecta algo, y tú lo ignoras con una actitud de desobediencia, su funcionamiento irá en deterioro, hasta perder toda la carga.

Se quedará allí, porque tu cuerpo es el templo donde mora, pero lo expones a tantas cosas que se irá poniendo triste, hasta contristarse por completo.
Si seguimos haciendo caso omiso de las alarmas, éstas finalmente dejarán de ser percibidas.

Dejarás de escuchar su voz, comenzarás a escuchar tu voz y empezarás a razonar con tu propia prudencia.

Es inevitable naufragar cuando el creyente no hace caso a su conciencia, y racionaliza o defiende la desobediencia y busca justificarla.

Es mucho mejor mantenerse en manos del gran capitán de nuestra alma, Jesucristo, su Espíritu Santo nos guiará de la manera correcta.
Pero hay una clave para mantener el dispositivo de alerta funcionando en óptimas condiciones…

Debemos rendir nuestra voluntad, para que Él tome el control absoluto. Necesitamos ejercitar diariamente la fe, el ayuno, la oración, escudriñar las escrituras, congregarnos, capacitarnos y adorar en espíritu y en verdad.
Aléjate de todo aquello que te aleje de él. Para mantener viva esa llama ardiendo en tí.


Retomar ese primer amor…

miércoles, 15 de octubre de 2014

Avalancha


Cabo Rojo, Puerto Rico (efecto nieve)
Cuando enfrentas un problema no importa el que sea y no le buscas una solución a tiempo, enfrentarás un problema aún mayor. Lo cierto es que los problemas jamás dejarán de existir, pues cuando resuelves uno, el próximo está a la vuelta de la esquina.

El punto es… mejor trabajar con el problema que tienes en frente, antes de que se acumulen tantos que ya no puedas lidiar con ellos y estos hagan estragos en tu salud física, emocional y espiritual.

Existen diversidad de problemas, cada persona los enfrenta de acuerdo a su forma de ser, de su crianza, su estilo de vida, y su relación con Dios.

Huir del problema no resolverá nada, lo mejor que podemos hacer es enfrentarlo y buscarle una solución a tiempo.
No necesariamente debe de ser rápido, porque hay problemas y hay problemas…

Los problemas son buenos. ¿Qué…, buenos?

Sí, todo depende desde la perspectiva que lo veas, de la manera que lo enfrentes, dónde busques ayuda y el tiempo prudente para actuar.
O sea, que son como un examen que deberás coger y hasta que no lo pases, te darán otro una y otra vez, quizás más “lite” o más fuerte. 

Como decimos los boricuas… “pa’ que goces”

No voy a decirte cómo enfrentar tu problema, no me corresponde, ya que no sé cuál es el que enfrentas al momento de leer esto. No soy psicóloga, ni nada por el estilo, te hablo de acuerdo a mis vivencias.

Pero sí, te puedo decir; que no te apresures a resolverlo, detente un segundo, respira, ora, ve primero a la fuente de sabiduría que es Dios. No todo el mundo tiene la capacidad de darte un buen consejo, hay personas que al no ser sabias o no  prepararse en oración para aconsejar, podrían acrecentar el problema. Y podrías tomar una decisión que lamentarás.

Solo el tiempo te hará madurar al momento de enfrentar los problemas, porque algo te aseguro, de ellos aprenderás, crecerás, madurarás y verás el propósito del mismo.

Habrá problemas que nos llenarán de mucho dolor, porque hay un precio que pagar cuando tomamos malas decisiones, siempre habrá una consecuencia por nuestros actos.
Pero lo mejor que podemos hacer es reconocer nuestro error, pedir perdón, perdonar, perdonarte a ti mismo y rectificar.

Luego levántate, prosigue la marcha y prepárate a recibir el próximo problema con sabiduría, para poder llevar vidas victoriosas y de las experiencias ayudar a otros, que de seguro en un momento de la vida podrás servir de aliento y apoyo.

Jamás permitas que el problema se convierta en una bola de nieve y provoque una avalancha.

¡Dios te bendiga!





lunes, 13 de octubre de 2014

Un sueño reparador:

Parque Las Palomas, Viejo San Juan, Puerto Rico.
En un día común pueden suceder tantas cosas, situaciones inesperadas, es que la vida te sorprende cada segundo y nada podemos hacer para evitarlo.

Nos la pasamos planificando un sinfín de cosas y quizás la gran mayoría al final del día las logremos, pero tendrás que esperar que concluya el mismo, que culminará con la noche, cuando ya solo quedas tú y tu conciencia, esa que dependiendo de cómo actuaste no te dejará dormir. La conciencia es algo maravilloso que Dios colocó en el ser humano, aunque quisieras no puedes hacerte una cirugía y pedir que te la extirpen.

Muchos la manipulan a su antojo, otros buscan esquivarla, otros se envuelven en situaciones que la adormecen, pero siempre habrá un momento de lucidez. Lo cierto es que te persigue como a su sombra.

Te acuestas con todo eso revoloteando en tu cabeza, tengo una amiga que me dice, que hace un recuento de todo lo que le pasó en el día. Como ya había mencionado en otro artículo, somos expertas haciéndonos películas.

El detalle es si haces todo ese recuento, bien podría ser de una manera introspectiva.

Reflexionar sobre lo que hice bien, y lo que no debí haber hecho, tomarlo como una lección de vida, para el día de mañana no cometer el mismo error, pero no olvides pedir perdón.

Un sueño reparador es aquel que lo ponemos en las manos del Creador. “En paz me acostaré y así mismo dormiré, porque solo tú Señor me haces sentir confiado”.

LA VERDAD Y LA MENTIRA JUNTAS, TE LLEVAN AL FRACASO. NO HAY MEJOR SUEÑO QUE PONER TU CABEZA EN UNA ALMOHADA CON UNA CONCIENCIA TRANQUILA.




sábado, 11 de octubre de 2014

Maldita droga...

Nadie está exento...
En mi pueblo hay un hombre joven, esbelto, de risos dorados y piel de bronceado envidiable. Todos los días se hace notar, pues camina todo el pueblo, no puede escapar a la vista de nadie.

Un día iba con mi amiga Tita, ella lo mira y me dice “ese joven me parte el alma”.

La historia cuenta que su madre lo vigila, lo cuida y no permite que nadie le haga daño. Pero él es uno de esos jóvenes tranquilos, que solo te pide dinero y continúa su pesado caminar.

Hoy salí a caminar de mañana, como intento hacerlo cada día, y cuando me percato, hay un hombre tirado en el suelo, justo por donde tengo que pasar. Me detuve y le pregunté, ¿Estás bien?, ¿Puedo ayudarte en algo? Él solo movía su cabeza con mucha dificultad y acentuando una respuesta negativa.
Le pregunté si quería que orara por él. Me contestó que no. Le pregunté, ¿Crees en Dios? Débilmente realizó un movimiento de afirmación.

Insistí, “Deseo orar por ti”, movió su cabeza volviendo afirmar que no.

Entonces me alejé, pero no sin antes decirle. “Sabes que Dios puede sacarte del lugar en que te encuentras” ¡Dios te bendiga!

Continué mi caminata, y me invadió un profundo dolor al ver aquel hombre tan joven, con sus vestiduras rasgadas, todo sucio y descalzo.

Oré por él, pues tengo la certeza en mi corazón de que Dios vino a libertar el cautivo, y aunque él no quiso una oración, sí reconoció que hay un Dios. Para mí eso fue suficiente. Yo estoy clara de que puedo acercarme confiadamente al trono de la gracia para pedir misericordia, Dios contestará las peticiones de una oración de acuerdo a su soberanía.

 Pensé en el dolor de esa madre y de todas las madres que viven una prueba tan dolorosa como es la de ver un hijo sumergido en las garras de la droga.

NUNCA…menosprecies a alguien bajo esta condición, sabemos que debemos ser precavidos pues algunos son agresivos y en el momento de su necesidad, ellos no razonan igual que nosotros, ellos solo piensan en la cura.

Pueden ser tantas las razones para llegar a tocar fondo, solo Dios sabe la historia detrás de cada uno de ellos. Si eres un lector de la biblia, recuerda que lo vil y menospreciado de este mundo escoge Dios.

Una oración con convicción puede más que todo el desprecio del mundo, pude ser yo, puedes ser tú, y el mañana...

jueves, 9 de octubre de 2014

¿Crueldad o ignorancia?

El valor verdadero radica en lo interior...

Obesidad…

Sabemos que es nuestra responsabilidad cuidar de nuestro cuerpo, pero  ese no es el punto en dicho escrito.

¿Qué cosas te han dicho que te ha herido, dolido, mortificado y tirado la autoestima al piso?

Puedes anotarlas en un papel, estrujar el mismo y tirarlo a la basura, porque eso es lo que son, pura basura. Pero jamás las uses para compadecerte, más bien úsalas para buscarle solución al problema.

Las personas solemos ser crueles, al punto de pisotear el valor, la dignidad y la autoestima de los demás, sin la más leve sospecha de que un día podríamos estar dentro de sus zapatos, o peor aún, causar tanto dolor que le puedas llevar a una depresión, crear en ella el complejo y tomarle años   levantarse y enfrentarlo.

El problema radica en que somos frágiles y la vulnerabilidad se mide diferente en las personas, pues no conocemos la magnitud del maltrato y mucho menos su niñez.

Les permitimos a personas que tienen problemas con su valía que destruyan la nuestra. Porque no sabemos defendernos, no tenemos las herramientas adecuadas. O por otro lado es mejor guardar silencio, el tiempo es como una rueda, nunca sabrás en qué lugar de ella estarás el día de mañana.

Rápidamente debemos trabajar con la ofensa, no darle importancia y mucho menos hacerla nuestra. Tenemos que rechazarla en el momento y cambiarnos de posición.

El que te ofende aparenta estar sobre ti pisoteándote, pero puedes moverte de esa posición e irte sobre él y mirar desde otra perspectiva y decir “bendito él no sabe cuánto yo valgo”.  “Nada de lo que diga permitiré que me dañe” (hablando hipotéticamente, no es que lo vas a aplastar, la venganza nada bueno trae).

Sentir el desprecio, repudio, rechazo, comentarios hirientes, burlas y miradas que te ponen en una posición de vergüenza, es algo muy doloroso, tal vez hasta inevitable, pero puedes combatirlo levantando la mirada. Jamás con altivez, ya que  el altivo Dios lo mira de lejos. Levanta tu cabeza con dignidad porque vales... y mucho.

Amigo lector  no es fácil, pero es una gran verdad, la sociedad está sumergida en la ignorancia, hace burla y toda clase de comentarios ofensivos hacia la población de sobrepeso, sin tomar en cuenta el detalle de que también son seres humanos que sienten y que circunstancias diferentes los han llevado a estar en dicha posición.

Les invito a reflexionar y ser críticos constructivos y buscar llenar sus corazones de bondad, misericordia, gracia y dejar a un lado la crítica ofensiva y dañina. Mira que mañana podrías ser tú o alguien que ames mucho.

Si eres obeso debes educarte y buscar ayuda de un profesional, visitar tu médico de cabecera y/o un nutricionista y obtener información que sea confiable.

Recuerda que no importa lo que te digan, cómo te miren o te hayan hecho sentir en un momento dado, tú puedes lograrlo, porque tú eres importante y tienes un valor incalculable como ser humano.

Lo más importante de todo esto es verte, como Dios te ve, y restarle importancia a la opinión de los demás.  



lunes, 6 de octubre de 2014

Mentira




¿Quién no ha mentido alguna vez?

La respuesta a mí entender es TODOS.

Algunos le llaman una mentira piadosa, cosa que se contradice, veamos qué quiere decir piedad. La piedad no quedará sin recompensa y podemos verlo en: 1 Timoteo 4:7-8 


Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes. Más bien, ejercítate en la piedad, 8 pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no sólo para la vida presente sino también para la venidera

Otros le llaman una mentira blanca, cosa que también se contradice, blanco es el color que significa pureza.

Hay infinidad de razones para mentir en un momento dado, y de alguna manera u otra todos o la gran mayoría caemos en esta trampa.

Lo cierto es que la mentira se puede volver un patrón de vida, y una mentira trae otra, tras otra. 

Hay personas que tienen esto tan arraigado que es un estilo de vida, donde añaden, quitan, exageran y lo peor de todo es que hasta se las creen.

Por lo regular son personas muy elocuentes, son astutas, maquinadoras, porque para crear una “buena mentira” requiere creatividad, algo de inteligencia para no contradecirse y una gran habilidad de manipulación.

Alguien me confesó una vez…

Te he dicho tantas mentiras que no caben en el océano” ¡Dios santo!

En ese momento fue la confesión de una persona ebria. Pero, “dicen que los ebrios no mienten”.

Pasaron muchos años y resultó que el océano se hizo pequeño para tanta mentira.
Vivir con una persona mentirosa es vivir una pesadilla constante.  Cuando la persona te habla tú piensas…

 ¿Cuál será la parte que es verdad?
 ¿A cuál parte le estará añadiendo?
 ¿Dónde estará la verdad escondida de todo esto?

¡Que madre!

Lo cierto es que si pasas mucho tiempo con un embustero, te vuelves un experto en un detector de mentiras.

La mentira se vuelve como un tornado que va cogiendo fuerza, crece y puede levantar lo más pesado y lo lleva dentro de sí dando vueltas y vueltas, destruye todo lo que encuentra a su paso y tiene la habilidad de multiplicarse.

Es como si concibiera pequeños tornados, más grandes, con más fuerza y mayor velocidad. Lamentablemente alguien pudo estar tan cerca de él, que de alguna manera buscó emularlo.

Imagínate que ese poderoso tornado, una fuerza que viene con suspicacia, sin avisar, y sigilosamente como León rugiente buscando a quien devorar. Después de haberse llevado todo lo que encontró  a su paso, amigos, vecinos, matrimonio, ministerios, en fin puede dañar todo lo que está a su alcance, inclusive las personas que más ama, o más bien, las que no supo cómo amar.

El tornado cuando se mueve con furia destructiva como la mentira va arrojando precipitosamente de un lado a otro todo lo que arrancó o movió con su poder, estos caen en el lugar menos inesperado y algunos no quieren ser como él porque sufrieron el tormento de estar girando en medio de ese gran torbellino de que causó profundas heridas.

Tan profundas que tardan en cicatrizar, pero aún de las más dolorosas heridas podremos sacar algo bueno, la esencia que te hará madurar y aprender a levantarte de los golpes y crecer como mejor ser humano.

Recuerda que lo que no te destruye, te hace más fuerte.

Pero otros aprendieron que eso es normal, lo que llamamos una conducta aprendida y comienzan a ser pequeños tornados con los cuales hay que lidiar de otra manera.

Entonces se necesita recurrir a las fuerzas del que creó los fenómenos de la naturaleza, quien es el único que podrá darte la paz en medio de la tormenta, pero teniendo en cuenta que el tornado de la mentira lo crea el ser humano.

Necesitas del discernimiento que proviene de lo alto para poder ver la mentira, la sabiduría para lidiar con ella y quien tiene toda la potestad y autoridad para sacar todas las cosas a la luz, porque nada quedará oculto.

Por otro lado si tenemos problemas con la mentira, hay solución. Dios jamás rechaza un corazón contrito y humillado, debemos reconocer nuestras faltas, nuestras debilidades y pedir perdón. Dios en su inmensa misericordia irá ayudándonos a salir de este mal que tanto daño hace.

Si gusta puedes leer:

Éxodo 23:7
Salmos 5:6
Proverbios 13:5
Romanos 1:25
Efesios 4:25
2 Tesalonicenses 2:11
Apocalipsis 14:5

miércoles, 1 de octubre de 2014

La montaña rusa

La montaña rusa, es para ti también...

Comparo las emociones de una mujer con las de una montaña rusa, quizás antes de subir a un vagón comienza a invadirte una serie de emociones tales como: miedo, ansiedad, pánico, te sudan las manos, te haces una película mental, “¿y si deja de funcionar, se detiene justo en la parte más alta o peor aún, se queda justo allí, boca abajo ¡horror! Y si se sale un vagón y salgo volando por los aires?” Somos expertas en hacernos películas y en su gran mayoría éstas son bien trágicas.

Quizás seas de las que te apasionen los deportes extremos y tu adrenalina está a millón antes de subir. (Pero la montaña también es para tí).

Si aún no has podido manejar tus inseguridades, comenzarás por no lograr decidir en qué vagón acomodarte, pero al mismo tiempo quieres vencer el temor y subes a cualquiera a fin de salir de esta aventura de una buena vez.

Todo parece estar en orden en tu vida, pero la vida es una aventura constante, inesperada e irrepetible. Entonces, es cuando el vagón apenas comienza a remontar y sabes que esa aparente calma y paz, debe ser que algo bordea a la vuelta de la esquina. ¡Si…! porque el melodrama no te hace pensar que puede ser algo positivo.

Allí, justo en la cúspide, es el momento en que sabes que un vuelco inesperado surgirá en tu vida, del cual aparenta no tendrás escapatoria, sabes que tendrás que levantar las manos pues vas de picada. Quizás piensas que tendrás que levantar las manos como loca y romper a gritar desquiciadamente porque simplemente perdiste el control de tus emociones.

Otra alternativa sería levantar las manos para clamarle a Dios misericordia, cordura, tolerancia, y que logres lidiar con ese momento tan humano.

Pero lo cierto es que si pudiéramos reaccionar de la forma correcta ante lo inesperado y levantar nuestras manos en señal de victoria, comenzar a adorar a Dios y decirle con todas las fuerzas de nuestro corazón “solo tú, Señor sabes lo que pasará al descender precipitadamente, por otra vivencia que me llevará con fuerza, ruido y me sacudirá de un lado a otro, experimentando temor, angustia, dolor, desesperanza, frustración y todo un desorden de desequilibrios mentales”.

Toda una mezcla de emociones, que al ir bajando la intensidad del ruido que se desplaza a través de los rieles, en los cuales pones todas tus esperanzas, porque tu confianza radicó en la mecánica, que no es otra cosa que manejar las circunstancias en tus propias fuerzas.

Cometemos una y otra vez el error de no poner la confianza en el dador de vida y el que nos puede preparar para la próxima aventura, porque de seguro no podrás bajarte de la montaña rusa.

El asunto es que cuando te encuentres en la quietud del vagón… es para mantenerte orando.

Cuando comiences a subir… pon todo en las manos de Él.

Cuando te encuentres en la cúspide… levanta tus manos como vencedora y adórale, justo allí en la adoración, se rompe toda atadura y se calma la tempestad.

Cuando estés bajando precipitadamente… aférrate a la fe, recuerda que sin fe es imposible agradar a Dios.

Cuando ya estés llegando al punto final… da gracias por la victoria, aunque no la veas.
Mantén la confianza solamente en Cristo Jesús.

Nota: 
Mis amigas siempre están montadas en la montaña rusa y nos mantenemos en contacto para saber por cuál parte de la montaña van, por si necesitan un empujoncito, ayudarla a levantar las manos o simplemente esperarla en cualquier vagón para escucharla. En otras nos llamamos y si alguna no contesta, respetamos su espacio y asumimos que debe de estar en alguna parte de la montaña.


¿En cuál vagón te encuentras justo ahora?
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