Nadie está exento... |
Un día iba con mi
amiga Tita, ella lo mira y me dice “ese joven me parte el alma”.
La historia cuenta que su madre lo vigila, lo cuida y no
permite que nadie le haga daño. Pero él es uno de esos jóvenes tranquilos, que
solo te pide dinero y continúa su pesado caminar.
Hoy salí a caminar de mañana, como intento hacerlo cada día,
y cuando me percato, hay un hombre tirado en el suelo, justo por donde tengo
que pasar. Me detuve y le pregunté, ¿Estás bien?, ¿Puedo ayudarte en algo? Él
solo movía su cabeza con mucha dificultad y acentuando una respuesta negativa.
Le pregunté si quería que orara por él. Me contestó que no. Le pregunté, ¿Crees en Dios? Débilmente realizó un movimiento de afirmación.
Le pregunté si quería que orara por él. Me contestó que no. Le pregunté, ¿Crees en Dios? Débilmente realizó un movimiento de afirmación.
Insistí, “Deseo orar por ti”, movió su cabeza volviendo
afirmar que no.
Entonces me alejé, pero no sin antes decirle. “Sabes que
Dios puede sacarte del lugar en que te encuentras” ¡Dios te bendiga!
Continué mi caminata, y me invadió un profundo dolor al ver
aquel hombre tan joven, con sus vestiduras rasgadas, todo sucio y descalzo.
Oré por él, pues tengo la certeza en mi corazón de que Dios
vino a libertar el cautivo, y aunque él no quiso una oración, sí reconoció que
hay un Dios. Para mí eso fue suficiente. Yo estoy clara de que puedo acercarme
confiadamente al trono de la gracia para pedir misericordia, Dios contestará
las peticiones de una oración de acuerdo a su soberanía.
NUNCA…menosprecies a alguien bajo esta condición, sabemos
que debemos ser precavidos pues algunos son agresivos y en el momento de su
necesidad, ellos no razonan igual que nosotros, ellos solo piensan en la cura.
Pueden ser tantas las razones para llegar a tocar fondo,
solo Dios sabe la historia detrás de cada uno de ellos. Si eres un lector de la
biblia, recuerda que lo vil y
menospreciado de este mundo escoge Dios.
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