El valor verdadero radica en lo interior... |
Obesidad…
Sabemos que es nuestra
responsabilidad cuidar de nuestro cuerpo, pero ese no es el punto en dicho escrito.
¿Qué cosas te han dicho que te ha herido, dolido,
mortificado y tirado la autoestima al piso?
Puedes anotarlas en un papel, estrujar el mismo y tirarlo a
la basura, porque eso es lo que son, pura basura. Pero jamás las uses para
compadecerte, más bien úsalas para buscarle solución al problema.
Las personas solemos ser crueles, al punto de pisotear el
valor, la dignidad y la autoestima de los demás, sin la más leve sospecha de que un día
podríamos estar dentro de sus zapatos, o peor aún, causar tanto dolor que le puedas llevar a una depresión, crear en ella el complejo y tomarle años levantarse y enfrentarlo.
El problema radica en que somos frágiles y la vulnerabilidad
se mide diferente en las personas, pues no conocemos la magnitud del maltrato y
mucho menos su niñez.
Les permitimos a personas que tienen problemas con su valía
que destruyan la nuestra. Porque no sabemos defendernos, no tenemos las
herramientas adecuadas. O por otro lado es mejor guardar silencio, el tiempo es
como una rueda, nunca sabrás en qué lugar de ella estarás el día de mañana.
Rápidamente debemos trabajar con la ofensa, no darle
importancia y mucho menos hacerla nuestra. Tenemos que rechazarla en el momento
y cambiarnos de posición.
El que te ofende aparenta estar sobre ti pisoteándote, pero
puedes moverte de esa posición e irte sobre él y mirar desde otra perspectiva y decir “bendito
él no sabe cuánto yo valgo”. “Nada de lo que diga permitiré que me dañe”
(hablando hipotéticamente, no es que lo vas a aplastar, la venganza nada bueno
trae).
Sentir el desprecio, repudio, rechazo, comentarios
hirientes, burlas y miradas que te ponen en una posición de vergüenza, es algo
muy doloroso, tal vez hasta inevitable, pero puedes combatirlo levantando la
mirada. Jamás con altivez, ya que el
altivo Dios lo mira de lejos. Levanta tu cabeza con dignidad porque vales... y
mucho.
Amigo lector no es
fácil, pero es una gran verdad, la sociedad está sumergida en la ignorancia,
hace burla y toda clase de comentarios ofensivos hacia la población de sobrepeso, sin tomar en cuenta el detalle de que también son seres humanos que
sienten y que circunstancias diferentes los han llevado a estar en dicha
posición.
Les invito a reflexionar y ser críticos constructivos y
buscar llenar sus corazones de bondad, misericordia, gracia y dejar a un lado
la crítica ofensiva y dañina. Mira que mañana podrías ser tú o alguien que ames
mucho.
Si eres obeso debes educarte y buscar ayuda de un
profesional, visitar tu médico de cabecera y/o un nutricionista y obtener
información que sea confiable.
Recuerda que no importa lo que te digan, cómo te miren o te
hayan hecho sentir en un momento dado, tú puedes lograrlo, porque tú eres
importante y tienes un valor incalculable como ser humano.
Lo más importante de todo esto es verte, como Dios te ve, y
restarle importancia a la opinión de los demás.
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