lunes, 13 de octubre de 2014

Un sueño reparador:

Parque Las Palomas, Viejo San Juan, Puerto Rico.
En un día común pueden suceder tantas cosas, situaciones inesperadas, es que la vida te sorprende cada segundo y nada podemos hacer para evitarlo.

Nos la pasamos planificando un sinfín de cosas y quizás la gran mayoría al final del día las logremos, pero tendrás que esperar que concluya el mismo, que culminará con la noche, cuando ya solo quedas tú y tu conciencia, esa que dependiendo de cómo actuaste no te dejará dormir. La conciencia es algo maravilloso que Dios colocó en el ser humano, aunque quisieras no puedes hacerte una cirugía y pedir que te la extirpen.

Muchos la manipulan a su antojo, otros buscan esquivarla, otros se envuelven en situaciones que la adormecen, pero siempre habrá un momento de lucidez. Lo cierto es que te persigue como a su sombra.

Te acuestas con todo eso revoloteando en tu cabeza, tengo una amiga que me dice, que hace un recuento de todo lo que le pasó en el día. Como ya había mencionado en otro artículo, somos expertas haciéndonos películas.

El detalle es si haces todo ese recuento, bien podría ser de una manera introspectiva.

Reflexionar sobre lo que hice bien, y lo que no debí haber hecho, tomarlo como una lección de vida, para el día de mañana no cometer el mismo error, pero no olvides pedir perdón.

Un sueño reparador es aquel que lo ponemos en las manos del Creador. “En paz me acostaré y así mismo dormiré, porque solo tú Señor me haces sentir confiado”.

LA VERDAD Y LA MENTIRA JUNTAS, TE LLEVAN AL FRACASO. NO HAY MEJOR SUEÑO QUE PONER TU CABEZA EN UNA ALMOHADA CON UNA CONCIENCIA TRANQUILA.




1 comentario:

  1. Cuando tratamos de convivir con ambas, nuestra vida se convierte en un enjambre de ideas y postulados erróneos. JATK

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