Parque Las Palomas, Viejo San Juan, Puerto Rico. |
Nos la pasamos planificando un sinfín de cosas y quizás la
gran mayoría al final del día las logremos, pero tendrás que esperar que concluya
el mismo, que culminará con la noche, cuando ya solo quedas tú y tu conciencia,
esa que dependiendo de cómo actuaste no te dejará dormir. La conciencia es algo
maravilloso que Dios colocó en el ser humano, aunque quisieras no puedes
hacerte una cirugía y pedir que te la extirpen.
Muchos la manipulan a su antojo, otros buscan esquivarla,
otros se envuelven en situaciones que la adormecen, pero siempre habrá un
momento de lucidez. Lo cierto es que te persigue como a su sombra.
Te acuestas con todo eso revoloteando en tu cabeza, tengo
una amiga que me dice, que hace un recuento de todo lo que le pasó en el día.
Como ya había mencionado en otro artículo, somos expertas haciéndonos
películas.
El detalle es si haces todo ese recuento, bien podría ser de
una manera introspectiva.
Reflexionar sobre lo que hice bien, y lo que no debí haber
hecho, tomarlo como una lección de vida, para el día de mañana no cometer el
mismo error, pero no olvides pedir perdón.
Un sueño reparador es aquel que lo ponemos en las manos del
Creador. “En paz me acostaré y así mismo dormiré, porque solo tú Señor me haces
sentir confiado”.
LA VERDAD Y LA MENTIRA JUNTAS, TE LLEVAN AL FRACASO. NO HAY
MEJOR SUEÑO QUE PONER TU CABEZA EN UNA ALMOHADA CON UNA CONCIENCIA TRANQUILA.
Cuando tratamos de convivir con ambas, nuestra vida se convierte en un enjambre de ideas y postulados erróneos. JATK
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